La Comunicación No Violenta es un modelo que se basa en la reflexión o creencia de que todas nuestras acciones lo que buscan hacer es satisfacer necesidades. Algo importante a tener en cuenta es que todas las necesidades son genuinas, no se pone en tela de juicio lo que una persona pueda necesitar. Todas las personas buscamos afecto y contención por parte de nuestros vínculos pero lo podemos manifestar de muchas formas, a veces asertivas o a veces torpes, que generan el efecto contrario en el otro y no poder expresarnos de forma amable y pacífica supone obstáculos en cualquier relación.
El objetivo entonces de la CNV es lograr comunicar de manera efectiva, cálida, y, en el mejor de los casos, satisfacer nuestras necesidades sin causar daño al otro.
Ahora bien, ¿a qué le llamamos violencia en el marco de la comunicación? Podríamos establecerlo como todo aquello que hacemos o no hacemos, decimos o no decimos, y general un daño a otra persona, sea grande o pequeño y que concluye en que la otra persona se enoje, se ponga a la defensiva, se cierre o aleje, no quiera hablar, se sienta dolida.
Hay que tener en cuenta los componentes de la comunicación, que no son solamente las palabras que utilizamos sino también el tono, la energía que ponemos en nuestras expresiones y los juicios que mantenemos en la mente mientras hablamos.
Hay varios obstáculos que se presentan para lograr una comunicación eficaz y que hace que se generen situaciones como “ya te repetí esto demasiadas veces”. Estos son algunos:
- Juzgar
- Sermonear
- Querer tener la razón y convencer al otro
- La ironía
- Amenazar
- Culpar
El modelo de la CNV consta de cuatro pasos: hechos, sentimientos, necesidades y acción.
- HECHOS - Realizar observaciones objetivas, sin juicios de valor, sobre lo que ocurre sobre una situación.
Hacer el ejercicio de describir una situación concreta pero desde un lugar completamente objetivo, por ejemplo:
Llego a mi casa luego de un largo día de trabajo y mi pareja no hizo la cena.
- SENTIMIENTOS - Identificar qué siento frente a esta situación. Reconocer estas necesidades universales (como la seguridad, la conexión, la autonomía o el reconocimiento) ayuda a generar empatía tanto hacia uno mismo como hacia los demás.
Me siento enojada, algo triste porque yo esperaba que tuviera ese gesto conmigo.
- NECESIDADES - Identificar cuáles son mis necesidades no satisfechas en esta situación.
La necesidad de ser cuidada, tenida en cuenta.
- ACCIÓN - Qué acciones voy a pedir para satisfacer estas necesidades? Estas peticiones deben ser realizables y concretas, lo que facilita la colaboración y la resolución de conflictos de manera constructiva.
Quisiera que los jueves cuando vuelva tarde del trabajo me espere con la cena hecha, sea delivery o algo cocinado por él.
Luego de hacer este proceso individual podemos pasar a la comunicación con el otro de una forma clara y específica, donde le explicamos cómo nos sentimos, por qué y qué es lo que nos gustaría que sucediera para satisfacer nuestras necesidades.
“Ayer llegué tarde del trabajo, estaba cansada y hambrienta y cuando ví que no había nada para cenar y me sentí triste y enojada porque me hubiera gustado que pensaras en mí y me cuidaras preparando algo para comer. Quisiera pedirte si por favor pudieras cocinar o pedir comida a domicilio los días jueves que son los que generalmente tengo un día muy largo y llego tarde a casa.”
Antes de dar un consejo, está bueno preguntar al otro si quiere escucharlo. Muchas veces las personas simplemente quieren ser escuchadas, contenidas, comprendidas y sentirse en un espacio seguro.
El silencio de los padres es para los niños la retirada del afecto. Hay adultos que vivieron eso en su infancia o adolescencia y frente a situaciones donde la otra persona no les habla o los ignora, significa esta retirada del afecto y se vive con mucho dolor y miedo.
Entonces, frente a una situación donde me encuentro con una frustración, dolor, incomodidad o una necesidad no satisfecha en relación con la otra persona, tengo dos caminos. Por un lado está el camino lleno de obstáculos, de tensión, enojos y distancia que al fin y al cabo no ponen solución al conflicto, o, por otro lado, está el camino del diálogo, de la apertura, de un acercamiento al otro donde se busca comprender sus pensamientos, emociones y acciones para llegar al encuentro de las necesidades de ambas partes y poder buscar juntos realmente una solución. Y aquí quiero hacer un comentario respecto a las soluciones. No esperemos que siempre se solucione de la forma que más beneficio nos trae o qué más lógico nos parece. Las relaciones son siempre de a dos y a veces la respuesta se halla en un punto medio, en donde las dos personas ceden algo de su parte porque al fin y al cabo la necesidad que más pesa en el vínculo es la del amor, del bienestar, de la confianza, de la calma, de poder poner en balanza algunas cosas que pueden no gustarnos tanto del otro pero que al final del día no siempre el otro estará disponible para solventar nuestras necesidades y tendremos que encontrar otras maneras de satisfacer nuestras necesidades sin dañar al otro ni resentirse.
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